01 septiembre 2011

La presencia no basta, no es lo único.

+ Ya no estoy enamorada.
- Pero ¿por qué dices eso?
+ Porque lo nuestro se ha acabado, Flavio. No te das cuenta, no quieres darte cuenta. Mira, no dejas de comprar cosas nuevas: un exprimidor, una televisión, un horno.. En esta casa sólo hay electrodomésticos modernos y caros. ¿Y nosotros? ¿Qué ha sido de nosotros?
- Estamos aquí.. Estamos aquí, donde estábamos, donde siempre hemos estado.
+ No. Ya no estamos, La presencia no basta.., así no. Ya no hablamos, no nos contamos nada de nuestro trabajo, por ejemplo.. De nuestros amigos. Sin ir más lejos, no me comentaste lo de Pietro y Susana.
- Porque no sabía cómo decírtelo..
+ Pero no me refiero a eso.., da igual. Pese a que demuestra una vez más que no tienes ganas de compartir las cosas conmigo como antes, el verdadero problema es que ya no estoy motivada.. Ni siquiera me he enojado porque no me lo hubieras contado.. Da la impresión de que seguimos adelantes porque no hay más remedio, pero la vida no debe ser así, ¿verdad? Hace falta entusiasmo.. Incluso cuando pasa el tiempo. Mejor dicho, sobre todo cuando pasa el tiempo. Crecemos, cambiamos, y estar juntos implica contarse las cosas, comunicar esos cambios para construir un nuevo equilibrio.. Y a la vez seguir siendo nosotros mismos, pero diferentes, más grandes y ricos en experiencias. En cambio, nosotros estamos aquí como dices tú, sí, pero hemos quedado reducidos a la imagen de lo que éramos, a un mero reflejo. Nosotros estamos ya en otra parte..

No hay comentarios:

Publicar un comentario