14 abril 2012

Niente è reale.

- No bailésis con la muerte.

- Ella vio como sus padres salian de la habitación en la que acababan de instalar a su hermana, reclamados de nuevo por los médicos, y se quedó soa con ella. Tenía agujas clavadas en un brazo, por las que recibía probablemente el suero, un pequeño artilujio fijado en un hombro y conectado a sondas y aparatos que desconocía; un tubo enorme, blanco y amarillo, parecía ser el nuevo cordón umbilical de su vida. De él partía un derivado que entraa en su boca, abierta. Otro, sellado con cinta a su nariz, se incrustaba en el orificio de la derecha. Con la boca abierta y los ojos cerrados, embutida en aqulla parafernalia de aparatos, más bien se le antojó un conejillo de indias, o alguien a las puertas de la muerte, que no alguien.. durmiendo...
De pronto sientió vergüenza. Su mente se quedo en blanco. Bajó la cabeza. ¿Qué estaba pasando? ¿Era posible que con su hermana allí, en coma, ella pensara tan solo en si misma y sus ansias de vivir y ser libre para abrir las alas? ¿Éra posible que aún no hubiera derramado una sola lágrima por su hermana? Se sintió tan culpable que entonces sí, algo se rompió en su interior. Y empezó a llorar. Le cogió una mano, intstintivamente y musitó 'Luciana'.

- No llores, Norma. No llores, por favor. Ayúdame. Os necesito fuertes a todos, así que no llores. Puedo verte, ¿sabes, Norma? No sé cómo, porque sé que tengo los ojos cerrados, pero puedo verte. Sé que estás ahí, a mi lado, y que llevas tu blusa amarilla y los vaqueros nuevos, ¿verdad? ¿lo ves? Y, sin enbargo, aquí dentro está tan oscuro... Es una extraña sensación, hermana. Es como si flotase en ninguna parte, mejor dicho, es como si mi cuerpo estuviese fuera de toda sensación, porque no siento nada, ni frío ni calor, tampoco siento dolor. Es un lugar agradable. Bueno, lo sería si no estuviese tan oscuro. Me gustaría ver, abrir los ojos y mirar. Hay algo que me recuerda a la placenta de mamá. Sí, antes de nacer. Recuerdo la placenta de mamá porque era cálida y confortable. ¿Y cómo puedo recordar eso? No, allí no tenía miedo, había paz. Aquí en cambien tengo miedo, a pesar de que siento algo de esa misma paz. La siento porque estoy a sus puertas. Puedo dar un paso y olvidarme de todo para siempre.Un simple paso. Pero no puedo moverme. Norma, Norma, ¿y los demás? ¿Están bien? ¿Y Eloy? Oh, Dios, daría mi último aliento por tenerlo aquí, a mi lado, y sentir tu mano como siento la tuya, hermana. Tu mano. Eloy. Me siento tan sola..

- Nada es real, no hay nada por lo que preocuparse. Campos de fresas para siempre.

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